Artrosis de Rodilla

Desde hace muchos años conozco al Sr. Felipe de 65 años, contador de profesión y hasta hace 1 año tenía 10 kilos de sobrepeso, mal control de la diabetes mellitus, hipertensión y los fines de semana su única actividad física era el fulbito con sus amigos del barrio. Fue diagnosticado de artrosis de rodilla grado II por presentar dolor intenso y edema en esta articulación que lo llevó tener descanso médico por 1 mes y presentar una lenta mejoría debido a los factores poco controlados que presentaba. Hoy 1 año después ha bajado los 10 kilos de sobrepeso, ha logrado controlar la diabetes y la hipertensión arterial y lo más importante luego de llevar fisioterapia y procedimientos regenerativos en Medicina Física, ha logrado fortalecimiento muscular que le ha permitido hacer actividad física hasta 3 veces por semana, todo esto gracias a su constancia pero también a la modificación de hábitos. 

La artrosis de rodilla es una condición degenerativa que afecta a millones de personas en todo el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) afecta a aproximadamente el 10% de la población mundial mayor de 60 años y es una de las condiciones musculoesqueléticas más comunes en la población adulta mayor de 45 años.

Se caracteriza por la pérdida progresiva del cartílago articular, este se desgasta progresivamente disminuyendo la protección de los huesos, lo que lleva a dolor, rigidez y limitación de la movilidad en la rodilla.

Es más común de lo que se piensa y su gran frecuencia es porque la rodilla es “una articulación de carga”, puesto que soporta el peso de nuestro cuerpo y de los objetos que solemos transportar, ya sea que permanezcamos de pie, nos desplazamos caminando, corriendo o subiendo y bajando escaleras

La artrosis de rodilla puede ser causada por varios factores, incluyendo:

  1. Edad: La artrosis es una condición degenerativa que se desarrolla con el tiempo.
  2. Obesidad: El exceso de peso aumenta la carga sobre la rodilla, lo que puede acelerar la degeneración del cartílago.
  3. Trauma: Lesiones previas en la rodilla pueden aumentar el riesgo de desarrollar artrosis.
  4. Genética: La historia familiar puede jugar un papel importante en el desarrollo de la artrosis.
  5. Enfermedades metabólicas: Enfermedades como la diabetes y la gota pueden aumentar el riesgo de desarrollar artrosis.
  6. Antecedentes quirúrgicos 

Síntomas

Los síntomas de la artrosis de rodilla pueden variar de persona a persona, pero comúnmente incluyen:

  1. Dolor e inflamación en la rodilla, especialmente después de actividades físicas.
  2. Rigidez en la rodilla, especialmente después de períodos de inactividad.
  3. Limitación de la movilidad, dificultad para doblar o estirar la rodilla.
  4. Sonido de crepitación al mover la rodilla.
  5. Pérdida de fuerza muscular

 

El diagnóstico de la artrosis de rodilla se basa en:

  1. Historia clínica: Evaluación de los síntomas y antecedentes médicos.
  2. Examen físico: Evaluación de la rodilla y su movilidad.
  3. Imágenes: la radiografía es el examen gold standard; sin embargo, puede complementarse con resonancia magnética o tomografía computarizada 

 

El tratamiento de la artrosis de rodilla puede incluir:

  1. Medicamentos: Analgésicos y antiinflamatorios para controlar el dolor y la inflamación.
  2. Terapia física: Ejercicios para mejorar la movilidad y fortalecer los músculos.
  3. Inyecciones: Inyecciones de corticosteroides, en casos muy agudos; aplicación de ácido hialurónico , ozonoterapia, plasma rico en plaquetas ozonizado y proloterapia.
  4. Cirugía: Reemplazo de rodilla u osteotomía para corregir la alineación de la rodilla.

 

Conclusión

La gonartrosis también conocida como Artrosis de Rodilla, es una enfermedad bastante frecuente, muy limitante por encima de los 45 años y está asociada a múltiples factores; sin embargo, el manejo de parte de la especialidad de Medicina Física y Rehabilitación en grados leves y moderados da muy buenos resultados disminuyendo o eliminando el dolor y mejorando la funcionalidad, mientras que en casos severos inicialmente se puede disminuir el dolor y mejorar la funcionalidad de manera parcial y en algunas ocasiones terminan en una cirugía protésica. Por ello, es muy importante que los médicos generales o de especialidades como traumatología, reumatología, medicina interna y geriatría deriven mediante interconsulta a Medicina Física y Rehabilitación a sus pacientes de manera pronta a fin de restablecer la funcionalidad, evitar el daño y desgaste de la articulación y la toma crónica de medicamentos.